Todo está en el sitio que debe estar en una mañana de Junio. Todo está en su lugar como un amanecer cubierto de neblina blanca o un día lluvioso en el sur. Todo está en su sitio; las llaves descansando en la mesa de los libros y los libros en la mesa donde están las llaves descansando, apilados sin discriminar autores o géneros, sólo están ahí, donde deben estar, junto a mis anteojos para poder verlos y mis gafas para el sol.
A veces pienso que el piso no es lo suficientemente transparente, o la ventana nunca está lo suficientemente abierta, a veces tampoco la música tiene un volumen apropiado, pero el mirar el techo mientras una melodía de Jazz suena y resuena en el tímpano coloreando completamente el ambiente que debería ser algo monocromático. Todas las cosas están en su sitio, pero en ese momento, en ese preciso momento, esa precisa mañana de Junio todo estaba en paz.
Creo que me levante despacio y callado, saqué un cigarrillo del paquete que siempre (o la gran mayoría de las veces) se acurruca a mi lado, duerme conmigo sin tener conciencia ni sueños pero sin embargo tiene utilidad y sabe cumplir por completo su tarea, me acompaña cuando me duermo y cuando despierto, siempre esta ahí para escoltarme en cada minuto a cada instante a donde yo desee ir (o si deseo quedarme). Siempre están donde tienen que estar, nunca están en otro sitio.
La mañana era cálida (como testigo lejano; en mi habitacion), afuera todo se escarchaba, quizás hasta mi cigarrillo se hubiese congelado. Pero me gustan esas mañanas de Junio, aunque las mañanas de Julio son perfectas también, emanan paz y melancolía, no tristeza ni dolor, solo una sutil partícula de melancolía que te provoca el seguir acostado, coger tu libro o simplemente mirar con dulzura a la persona que amas y duerme placenteramente en una almohada mas allá de la mía. Ahí piensas: Es realmente maravilloso ese momento, te dan ganas de describirlo y plasmarlo en un papel o con tu camara fotografica pero el momento es tan corto y preciso que te deslumbras de silencio de la imagen tan perfecta que estas viendo, tu hombre durmiendo a tu lado, un montón de frazadas muy bien acomodadas y un par de almohadas muy bien acompañadas en una fría y cálida mañana de Junio en la que todo está donde debe estar, todo es perfecto y no quieres mirar más allá, sólo te quieres quedar en ese retrato inmóvil que se mueve en tu alma y te hace respirar hondo, apretar el pecho y sonreír tiernamente.
¿Cómo será esa mañana de Junio de algún otro joven que quizás esté sintiendo lo mismo que yo en estos momentos?, o de mis padres, o de mis abuelos, o de mis hermanas, o de mis conocidos y no conocidos, ¿en sus vidas estará todo en su lugar?, ¿podrán apreciar la hermosa neblina que colorea la ventana y contrasta el verde de los árboles?, ¿u observarán aquella dulzura que el amante emana durmiendo placidamente a su lado?.
Aquella mañana de Junio no quiero que termine nunca, pero las horas se apresuran cruelmente sin dar mucho respiro al admirar por mas tiempo el que todo esté en su lugar.
¿Que pasará cuando esa mañana termine por el sonido de un auto, de un teléfono o simplemente acabe sin decir nada?
( ... )
D.
Todo no está en su lugar una mañana de Junio. La vida sabe disolverse dentro de pasajes en los que te pierdes.
ResponderEliminarMis caminos, tus caminos, mis caminos no vuelven. Nunca tienen esa vuelta, ese resplandor de esperanza. Porque alguna vez todo estaba en su lugar una mañana de Junio.
Y qué decir de las de Julio que son todas mías, calladas y melancólicas, no malas, ni buenas, solo son...
Si has de pensar en que piensa quien no tiene en su lugar las cosas que deberían de estarlo, es un cáos. Yo soy un cáos.
Y despierto por las mañanas quieriendo que esa no fuese mi casa, que esa no fuera mi cama y que ese no fuera quien es. Que nadie me acompañara, pero a la vez todos.
Que el silencio se apoderara de los sonidos y que mi voz no saliera nunca más.
Caigo cuando despierto, caigo hacia un nuevo sueño. ¿Qué sería de mi si siguiera esos sueños muertos?
Las cosas no despiertan bien y tienden a perderse en el ventanal que arraza con todas las sombras, con todas las penas.
Se calla y se ausenta un murmullo familiar... un murmullo de familia. He de huir antes de que despierten y he de volver luego de que se duerman.
Soy un alma andante por sobre sus sueños robando lo que deba y secuestrando sus pensamientos por mi.
He de dejar todo como está, todo en su lugar. No en un buen lugar, sino que en un lugar neutral. Un yo-no-estuve-aquí.
Todas las cosas no están en su sitio esta mañana, ojalá no estuviera en este sitio esta mañana.