29.9.12

58.

Una vez hace no mucho tiempo una chica le dijo a mi pena: "tú no puedes seguir llorando, tú no lloras más. Es obvio, ya todas las lágrimas que derramaste fueron suficientes, fueron todas, todas y cada una fueron todas y ya no quedan más". Eso no me hizo sentir mejor pero creo que tranquilizó aquella tristeza que lucha por exteriorizarse. Le encontré razón y sólo he llorado en casi-ninguna ocación.
Dicen que el tiempo es el que cura las heridas, yo pienso que el alcohol de forma desmesurada es el que poco a poco ahoga cada milímetro de los infinitos centímetros que heridos habitan e infectan "lo que queda de mi". Quizás sea una manera patética de abordar la vida y sin duda lo es, pese a ello admito que entre cada vómito derramado una partícula de dolor cae por el escusado.

Mi corazón está cansado de bombear la sangre que cada vez más fuerte aquél músculo distribuye por mi cuerpo al momento de aparecer aquella imagen tortuosa en mi cabeza.

Mi corazón está cansado de bombear aquella sangre contaminada de eso que llamamos vulgarmente y tan descuidadamente "amor".

Ya no hay lágrimas pero a veces se extrañan; aquellas eran el único desahogo que tenía, hoy por hoy sólo tengo palabras tan trilladas y dolorosas que tengo el deber de escribir aquí.



No hay comentarios:

Publicar un comentario