Me gusta caminar por Santiago cuando hace frío, también por Concepción. En ambas ciudades procuro perderme a veces, pero toda vez sigo las particularidades del camino; me gusta conocer. Santiago y Concepción son lugares bastante amplios y de repente tienden a comprimirse en función de lo que pretendo seguir en caminos conocidos-desconocidos.
Me gusta caminar solo o acompañado, por lo general camino solo, pero me gusta estar con alguien que comparta aquel bichito por el comentario al edificio antiguo, a la gárgola de aquel, o al escudo ese. Me gustan los árboles en otoño y las hojas entre adoquines de invierno, el cielo gris y las nubes cuando está despejado. Todo me genera un ambiente propenso a un contexto personal e individual de amor y odio por las calles llenas de vestigios esperándome.
Me gusta la lluvia de Concepción, no así la de Santiago. La de Concepción es fría y no perdona ningún espacio, el agua golpea fuerte y en algunas ocasiones corre un viento rico que hace bailar a las gotas, ninguna es igual a la otra. La de Santiago es aburrida, me gustan las consecuencias de ésta, eso sí, me gusta ver el cielo despejado cuando deja de llover, o las hojas mojadas en el suelo que la gente pisa sin honor de su belleza. Me gusta el perfume de ambas, y la gente alterada por ellas. Me gusta el olor a humedad en la micro pequeña de Concepción, y los vidrios empañados cuando están dibujados, pero me asquea el olor a humedad en el Metro de Santiago y la gente con actitud prepotente subiendo a los coches.
Me gusta caminar por Concepción en cualquier época del año porque la gente no camina tan rápido y la ciudad tiene más particularidades que me entretienen, como los distintos colores en las ropas, o los edificios similares entre sí, o un barrio bien bonito, ese que está cerca de la estación Andalién, que se conserva como en aquellos días que albergaban a los obreros y se les veía caminando sobre adoquines llegando a sus habitaciones. Me gusta que Santiago tenga barrios antiguos, pero detesto que estos estén en manos de inmigrantes, o son locales de comida barata e insalubre, o los transforman en algo que no se asimilaba a la construcción original del siglo XX.
Me gusta detenerme a tomar una foto a lo que sea, me gusta que alguien me de aquel dato freak que no conozco, o a la inversa. Me gusta en Santiago ir caminando por el centro y que me den ganas de entrar al Museo Colonial San Francisco, aunque lo conozco completo, nunca deja de sorprenderme, además me gusta estar harto rato sentado en la fuente central y ver a los peces, y esperar el sonido de las gallinas y luego el pavo real, casi como una rutina. Me gusta en Concepción pasear por aquel parque en donde antes corría un tren infantil, y luego subir al cerro.
Me gusta la buena compañía y que ésta no sólo se encierre o limite a algún aspecto de la cotidianidad, me gusta ir a comer a cualquier lugar cuando me da hambre; una hamburguesa en Burger King, o un Italiano en algún negocio pequeño. Me gusta compartir buenos momentos con buenas personas, me gusta saber escogerlas y me gustan los adoquines, me gusta estar tranquilo por fin y decirle adiós a algunas personas tóxicas, me gustan las hojas de otoño y guardar entre algún libro las más lindas. Me gustan los faroles encendidos y la Estación (Alameda) Central para ver los trenes. Me gusta viajar, y me gusta sentir que estoy avanzando, me gusta que ya no hayan lágrimas en mis ojos y un nombre en mis labios, me gusta saber qué quiero hacer con mi vida y que estoy logrando cosas para mi futuro. Me gusta ir a Parque Arauco luego de clases y me gusta ir a buscar a mi papá para que nos tomemos un café después.
Me gusta mucho caminar por Santiago y por Concepción, aunque nací en una y me enamoré de la otra, en ambas tengo bonitos recuerdos, pero no viviría en ninguna de las dos. Me gusta Puerto Varas (Llanquihue) y Valdivia para vivir. Finalmente, me gusta prender un cigarrillo en cualquier parte en donde me encuentre, sentarme en algún lugar con mucha gente y verlos pasar, ver sus cotidianidades y particularidades suponer cosas de estos personajes.
Me gusta ser yo, me gusta estar tranquilo, me gusta tener metas y caminar, me gusta conocer, aprender y aprehender, me gusta tener pocos (y buenos) amigos, me gusta dejar lo malo atrás y de pronto comenzar a avanzar, equivocarme, y nuevamente volverme a parar.
Me gusta ser yo, me gusta estar tranquilo, me gusta tener metas y caminar, me gusta conocer, aprender y aprehender, me gusta tener pocos (y buenos) amigos, me gusta dejar lo malo atrás y de pronto comenzar a avanzar, equivocarme, y nuevamente volverme a parar.
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