
Sinceramente mi tristeza ha llenado la caña y entre hielos varios generaron un mestizaje con dolor y sudor, un sabor solitario que en mi boca obedece a un frío desolador pero en mi cuerpo parece entibiarse, mi mente se desvanece casi por completo en el alcohol.
Ánimos de subsistir sobre cigarrillos varios y rayos de sol desenfocan mi vista hacia mis textos agrupados en el mayor desorden imaginable; matemáticas cercano a la basura variada, lenguaje encima del bolso de viaje inamovible y expectante, e historia, apilados encima mi cama abiertos y entrecerrados funcionando en éste segundo como mantel para el hielo de mis brebajes.
(No estoy bien) Prefiero alcoholizarme antes de pensar en mirar siquiera un posible futuro que añoré con sonrisas ya desvanecidas, o sentir la frustración y la pena que arrebata mis segundos actuales; -¡quería estudiar!, realmente quería estudiar eso y ahí, me esforcé mucho como nunca habría dicho jamás, dije desolado y entre tiritones. Ahora sólo miro lejos una fe en estatuas iluminadas que acompañaron mi incertidumbre pesimista. Sólo un par de días intensificarán mis lágrimas ahora innecesarias en respuesta a mi futuro, no sé qué estará escrito ni se escribirá, sólo espero sonreír y secar esta pena que me ahoga entre tragos y carcome poco a poco hasta un punto vacío.