15.8.11

39. Sin Título

"Ocasiones me figuro que soy de veras un árbol".
Tranquilo y oportuno descansa entre la multitud verdosa un árbol como cualquier otro y relevante como los demás, sin diferencia alguna, sin diferencias absurdas. Un árbol que el silencio enternece y entristece con la  soledad del murmullo de las visitas. Está semi dormido esperando el llamado del viento, pero ya las hojas con la fuerte y constante lluvia se han esparcido tanto en la tierra húmeda y barrosa dejando sin vestir la desolación de la ya inexistente fragancia de la compañía.
Las aves aletean a su alrededor y pasan como si no existiése, vuelan sobre su cabeza y sólo distinguen la multitud, toda es igual, nada destaca ni nadie, sólo árboles sin sentir, sólo un montón de masa verdosa de diferentes tonalidades. Aquél árbol que el silencio enternece la lluvia ya lo ha dejado destruído, ya no vienen a cortar sus partes muertas, sólo está ahí para que ahí esté, para que decore un paisaje maravilloso, para que vea cosas que jamás nadie verá, sólo está ahí porque quiere estar ahí, así lo siente y así lo anhela, pero ya nadie viene a verlo, nadie extraña su color.

La tempestad del sol quebranta el silencio del paisaje. Aquél árbol hermoso sólo observa escuchando el silencio, ya no caen las gotas que le conversaban de noche, ya no sopla el viento que le quitó sus fragantes hojas. Sólo hay sol, un sol que lo quema y ahoga, un sol que desearía que no existiera jamás nunca (anhela la compañía de sus verdes hojas).

"Pobre árbol", diría alguien que lo admirara, "pobre árbol" diría alguien que lo extrañáse. Pero no le importa, porque es un árbol y agradece el serlo, no le gustaría ser otra cosa porque es hermoso, porque es realmente hermoso. No odia a la lluvia ni al viento por haberle despojado su apariencia, los odia porque juegan a las escondidas, se va constantemente e intermitentemente aparece sin aviso hasta que se va de repente.  Ama ser un árbol solitario, ama estar de pie entre su paisaje, ama colorear la soledad y el silencio, sólo le gustaría compartirlo con todos quienes lo miran. Él llora por los ciegos pero sabe que algún día lo necesitarán.-



12.8.11

38. Desahogo

El frío golpea mi cuerpo estremeciéndose al compás del helado viento que ha danzado en estos días. Me puse de pie ante el último centímetro del primer escalón y con las mangas de mi chomba gris acaricié mis manos para darles calor, una y otra vez hasta que mis pálidos dedos recuperaran la movilidad, una y otra vez sin parar suprimiendo el frío de mis dedos, otra vez para así prender un cigarrillo y seguir quieto, continuar sentado, apoyado en el húmedo respaldo de esta silla en ésta grandiosa casa del árbol.

La tarde gris está llegando a su fin, un final que no anhelo, un final que no me agrada, un final que da un color monótono a las luces mientras que el cielo se tiñe de negro. Aún no, aún no ha llegado el momento, aún puedo mirar al río y describir la profunda neblina que viste los cerros de blanco, y, perdiéndose por fin con el imponente y legendario río. Esta vez, sólo por ésta vez y por sólo un segundo fui el único espectador de cómo la tarde despedía sus horas sensibles con una fabulosa luz anaranjada que pintó las aguas y los cerros. Sólo por un segundo, un segundo lleno de júbilo y emoción, un segundo eterno que no quise que terminase jamás, pero, la misma lluvia del Sur volvió a teñir los cerros verdes de blanco. Los pinos se perdieron, los caminos se perdieron, el ruido desapareció, sólo el sonido de la lluvia sobre el tejado, sobre las piedras y sobre el nylon que protege y cubre a ésta casita del árbol. Ese fue el instante donde desde el otro pueblo, cruzando el río, las luces se encendieron (y el cielo poco a poco se oscurecía).


    La noche acaudalada y elegante se acerca con paso firme, casi marchando, ésta noche también seré el espectador de la ópera que se repite en estos días, ésta ventolera y éste temporal que han acompañado mis sueños tan firmemente como las ventanas resistiendo ante la fuerza del viento (se mantienen tan firmes ante los golpes de la lluvia y los remezones del aire. Yo sólo escucho y admiro, amo, danzo y sueño sin dormir, jamás esperando la agonía de la incertidumbre del final de la ópera. No quiero que se acabe, no quiero que me deje solo, no quiero que mi cama sea aún más grande para mi cuerpo . Necesito la compañía de esta compañera estacional . No quiero sentirme (más) solo ante el silencio de la silueta de la noche.


Un sollozo oculto y reprimido, un grito entre palabras y una caña de vino en cada momento. Un abrazo a la distancia se hace imposible y el recuerdo del calor ya parece inoportuno e inoperante. ¿Qué quiero?, quizás alguna oración que me haga sonreír, o alguna frase típica para sonrojarme, sólo eso. La frialdad del viento es partícipe entre cada letra. Otra vez volvió  a llover y ésta vez más fuerte. Los tejados rechinan y con alharaca sufren con los golpes de las gotas que caen con fuerza desde no-sé-dónde. Desearía salir a caminar, conversar con algún perro que se encuentre igual que yo (solo y abandonado), que me acompañe y me mire, que me deje acariciarlo y me bese la mejilla. Anhelo caminar y mojarme completamente, luego llegar a casa completamente empapado y prender un cigarrillo, casi como un orgasmo en el silencio, pero quizás nadie entienda cuánto amo la lluvia. Ésta lluvia.


10.8.11

37. Mamá

No necesito recalcarte lo grandiosa que eres para que te des cuenta de ello. 
No tengo que decirte que eres perfecta para que con sólo mirarte observes todas tus cualidades.
Todas las palabras sobran para expresar lo mucho que te amo. No te amo porque eres mi madre, sino que eres muchísimo más que eso. Eres un pilar fundamental en mi vida y te agradezco TODO lo que haz hecho por mi, para por mi bien, como también todo el apoyo que me haz brindado a lo largo de mi vida entera, sobretodo ahora que tengo mi visión de "adulto" me ayuda a comprender varias cosas por las que pasamos juntos. 

Te amo madre, te deseo un muy feliz cumpleaños. Eres grandiosa, nunca lo olvides. Gracias por todo, realmente gracias por todo. Te mereces lo mejor.
Te mando muchísimo cariño desde la distancia, desde mis tierras. Nos veremos pronto, te lo prometo.-

6.8.11

36. Perdido en la realidad.

Ya el cielo se ve acostumbrado a adivinar mi presencia bajo estos fríos días grises cubiertos de lluvia. Es casi normal, casi cotidiano, digo casi porque no todos los días son así, son diferentes cielos que me visitan, son diferentes sombras, son diferentes nubes y diferentes luces, yo les doy la bienvenida de todas formas, siempre cautelosas advierten mi presencia y se lucen para cautivarme y conquistarme por completo. Creo que no necesitan lucirse porque me atraen en una forma unidireccional, es en mi pueblo, es en mi Talcamávida ésta semana en el mes de agosto.
Los días son cortísimos, no me doy cuenta cuando el cielo deja de ser azul (o gris) para vestirse de negro, me aterra el tiempo, me aterra el hecho de que los días pasen tan rápidos por mi pueblo, casi pasan a la misma velocidad de un tren con dirección al puerto de Talcahuano, o en dirección contraria, más al sur, donde el pasto es más verde y la vida es más simple y bella, donde no existe una urbe maligna que carcoma el color del óxido, no existen personas que quieran vivir rápido para ser ancianos tan pronto. Son personas que son hombres y mujeres comunes y corrientes, personas fuera de una Polis, fuera del vírus de la ciudad contaminante y mediocremente "progresista".

¿Cómo no amar el campo?, ¿existirá alguien tan envenenado que la ciudad llame a sus preferencias geográficas?. Quizás aquellas personas telegrafían sin conocer el destinatario, hablan maravillas de sus luces artificiales y nunca han visto el glamour de un día verde, un día simple, un día común y corriente en donde un David, o un anciano cualquiera caminen en contra del tiempo y a favor de la belleza rústica. Si existiese un castigo fatal para esa gente pediría que fuese en el campo, vivir en el campo.

Estos días han estado repletos de lluvia y cosas-que-hacer. Hoy mi destino fue Omer Huet, un taller de "reparación" de trenes, una verdadera y penosa morgue, un cementerio de leyendas e historias que pasan desapercividas entre el óxido y el abandono. Es tan triste recorrer aquellos coches que desde pequeño conocieron mi amor y pasión por los ferrocarriles Chilenos, es tan penoso ver el deterioro del tiempo y el poder del desinterés económico. La geografía de mi Patria no podría haberse conquistado si no fuese por el ferrocarril (digo conquistado no con un afán de dominación, sino rescato y recalco el hecho de que sin el ferrocarril ningún pueblo habría existido). Como dicen por ahí: "La basura de algunos es el tesoro de otros", y esa frase es tan exacta como mi bigote rubio. La sociedad no cuida el patrimonio más que una comunidad, no existe una sociedad patrimonial, sino que éste tipo de sociedad acoge el término de "pseudo-modernista". Se construye hacia el futuro olvidando el pasado, reprimiendo el presente que se construyó forjado por la historia. Aborresco que la gente llore después lo perdido. Que recuerden "lo bonito que era algo" si no cuidan ni recuerdan las piedras del olvido. Aborresco el presente y el pensamiento hacia el futuro. 

La cosa, es que estos días, lluviosos en su mayoría, han sido mágicos, aunque no sé si usar el término "mágico", porque no acota realidad, no resalta la verdad, sólo es un término ideologizado de la perfección que no usaré más porque lo entendí mientras escribía esto mismo que acabo de terminar de escribir. Bueno, estos días han estado preciosos, mi cabello cada vez que salgo a fumar se empapa del agua que cae torrencial del cielo, da lo mismo la hora, da lo mismo el momento, sólo cae y revienta en mi cabeza, en mi cabello, se desliza por mi cara para luego finalizar una oración precisa: Esto no quiero que se acabe, esto, en este instante es perfecto, es adecuado y glamouroso. Es mío, únicamente mío.