19.10.10

02. Té

No he podido conciliar el breve sueño que inundaba mis ojos, mi mirada triste y desalentadora maquillaba aún más cualquier tipo de expresión que divagara en el segundo perdido.

¿Qué importa?.
Es una bonita mañana, hace bastante frío y el entorno colorea su atmósfera grisácea, sintiendo aún más ganas de prender un cigarrillo para contemplar este maravilloso instante, que ya por estas fechas son algo oníricos.

Mi tazón de té calentaba mis manos; té con limón, mi favorito. Mientras que el humo se encerraba sutilmente en mi pequeña habitación, dándole tetricidad a las prendas tiradas por el piso, o a mi escritorio desbordante de libros, monedas, colillas, ceniceros y pastillas.
Me sentía solo. Opté por coger fielmente mi libro para sobrecoger el ruido de compañía ficticia y
solitaria.

Pasaron unas cuantas horas y otros minutos sobrantes antes de que dejara mi libro a un lado y comenzara a pensar en el mismo, mientras me preparaba otro té.
Volví a la lectura, impaciente, tranquilo, hilando palabras vacías y a su vez creando la siniestra historia dentro del silencio de mi fría habitación y en el interior de mi gélido designio.

Las libres aves cantan en el cielo, moviendo desazonadamente sus alas para no caer en al vacío ciego de éste mundo. Realidad somnífera e inquieta. Apabullante y asquerosa. Me agrada escucharlas atento para intentar comprender su efímera y utópica libertad; Más libertad menos vida, menos vida más libertad. Nunca se está conforme de las letras hasta que terminas una bonita frase y exiges cambios, o nunca se está satisfecho de las nubes cuando está completamente nublado.
Pero bueno, hoy no tengo muchas ganas de escribir. Mi algodonado cuerpo quiere recostarse para continuar la lectura que dejé en pausa. Me fumaré otro cigarrillo y optaré por otro tazón de té con limón.

Atte, Cosa.


1 comentario:

  1. El té con limón también es mi favorito.
    ¿Cuál es el libro que devora tus horas?

    ResponderEliminar