26.10.10

05. Turno Nocturno

Así está bien, el frío es grato, el sol luce su vestido de noche para su elegante y sutil baile. Pero ésta vez lo hará sin estrellas ya que sólo hay nubes que se anteponen ante las ruidosas estrellas blancas.

(Enciendo fielmente un cigarrillo)

Espero a la lluvia. La muerte de las pequeñas gotas transparentes en el concreto me tranquiliza. Una efímera sensación de placer, de paisajes que se tiñen de hermosura cuando el silencio en el agua de nube colorea la gris y asqueante ciudad de Santiago.
Me halaga compartir estos momentos con mi soledad, ya todos duermen y los únicos ruidos que escucho es el de las hojas de mi libro y el aspirar del humo del cigarrillo.

El segundero no avanza y el instante exacto en el que se detiene el tiempo es realmente perfecto y el pensar se contrasta con el humo y con las letras que resuenan plasmadas en mis ojos y mi cabeza.

Sin mucho que (d)escribir hoy,
Cosa.




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