22.11.10

13. Vómito

(Pasos rotos; Soliloquio solo)
Silencios torturados en silencio y miradas tránfugas que deleitan el aroma del humo ahogarse dentro del unísono pasar de las nubes cubriendo el sol. Sólo eso avanza en el tiempo.

¿Haz escuchado tu voz dentro del vacío?

El reloj se va transformando, casi irreconocible, casi abrumador, casi monótono. Mi cuerpo también tiende a transformarse, aún no es perfecto, pero mi mirada clama por alguna partícula de tu esencia, alguna que te sobre para alimentarme (anorexia). Es tan difícil alcanzar el cielo.

¿Suficiente contra-adicción?


Cerrar los ojos no es suficiente, menos irse hilando oraciones, interpretando. Las horas avanzan de forma espeluznante, el pueblo cada segundo más despoblado. Lágrimas misántropas, sin expresión ni color, como nube de invierno (mala comparación, esas nubes son maravillosas).

Los últimos pasos en esta ciudad, tengo tan poco que hacer acá.

18.11.10

11. Sentido sin sentir


Frecuentemente se utiliza todo tipo de lenguajes para abordar un tedioso entorno social y/o comunitario, inclusive en un espacio personal y solitario. Las letras no tienen sentido si no se les adjunta más letras, el compuesto final no tiene sentido sin una frecuencia, sin una intención, sin un pensar.
Cuando los días pasan y te das cuenta lo sobrecogedora que suele ser la soledad (sin un afán depresivo), el silencio y el humo del cigarrillo creando una atmósfera sutil y deliciosa, las horas suelen ser grises, sin arrugas de por medio, más aún cuando tienes la mala costumbre de viajar al centro y después de unos días de estar lejos de tu espacio, de tu "cueva", llegas. El llegar a tu habitación, ver el colchón vestido, durmiendo en el piso flotante lleno de basura, ropa, de mirar todo la pila de libros, cajetillas, revistas, diarios, en tu escritorio, de tu cenicero rebalsado del vicio maravilloso, sueles pensar y sentir que no debes salir de ahí nunca, que tu santuario frío (o tibio) te espera más que cualquier otra cosa en el mundo, con ansias de que llegues y tires tu morral a donde caiga, de que el humo se impregne más aún en las grisáceas paredes de ladrillo, de que digas con orgullo "¡estoy en casa!" para después recostarte y coger uno de los libros que descansan en tu escritorio para olvidarte de que vives, para por fin respirar y sentirte maravilloso frente al mundo, con un afán egocentrista; "eres lo mejor en tu mundo", "eres el único". Ahí, cuando recién te impregnas en ese espacio es donde las letras tienen sentido y comienzas a añorar dormir, olvidar de soñar y pensar, ya no existe nada de eso, sólo palabras divagando en tu subconsciente, palabras que fueron disparadas por alguien trascendente, o leídas por el mismo tipo de persona, ahí es cuando te preguntas si sentir tiene sentido.

Existen muchísimas palabras que pueden usarse en su debido momento, otras que sólo las dices por decir, y otras que se utilizan (inconscientemente, quizá) para herir. Para mirar la gran torre que haz construido de autoestima, de ego, derrumbarse poco a poco, partícula por partícula, ahí es cuando ves a la persona que realizó esa demolición y te das cuenta de quién, y por que lo es.
Desvarías en los átomos del silencio acariciando tu pecho para deshilar el nudo que tienes en tu garganta que no te permite mirar nada, imaginando que eres nadie.
Si bien, pueden existir frases de preocupación que tienden a malinterpretarse, pero existen algunos sufijos (puede que) mal colocados dentro de una oración, pero cuando un mínimo de entendimiento y coherencia habita en tu mente, la mal-interpretación es casi imposible.

El humo del cigarrillo poco a poco se lleva las palabras, se impregnan con el viento.

15.11.10

10.

ENTRADA BORRADA

09. ¿Es tiempo?

Ya, supongamos que es quince de diciembre, el sol sofoca nuestros cuerpos perleando nuestras cabezas de un sudor asqueroso e irritante. Claro, estoy en Santiago. En fin, volviendo al centro; estamos a quince; Hace dos días he dado mi Prueba de Selección Universitaria ... ¿Y?, no hay nada más inútil -quizá- que esta prueba, ¿qué sentido tiene leer, escribir y ejercitar un área que realmente no me interesa? (refiriéndome con odio, exclusivamente a matemáticas), no tiene sentido, yo entraré en cierto rubro en el cual la matemática se calcula a través de una calculadora, la cuál no me hace buscar como idiota una equis inexistente, o encontrar la medida compleja a una figura que realmente ... ¿Para qué me sirve eso?.
He dado mi prueba, me siento pesimista, sé que me fue mal y que no entraré a estudiar lo que quiero. Es quince de diciembre y con lágrimas en mis ojos, rabia contra la mosca que merodea el entorno, pienso qué hacer con mi vida ahora que me fue mal. La prostitución es una opción bastante loable, digna y por sobretodo muy bien pagada. El narcotráfico también lo es, incluso me permitirá conocer mi Chile querido ... Pero no, hoy quince no quiero nada, sólo me acostaré a dormir por varios días y sentirme como imbécil por no haber estudiado tanto como debí. Quizás pude quemar más mis encurvadas pestañas y enrojecer más mis ojos. Pude también crear más ojeras en donde el espacio oscuro está reservando su lugar dentro de unos años más. Quizás debí leer menos libros y enfocarme al cien por ciento en los estudios banales y tediosos. Pude hacer tantas cosas, pero ya es quince y realmente no sé qué hacer.
No perderé otro año, pero tampoco entraré a una universidad privada (estoy en contra de ellas y no confío en su enseñanza dentro del área humanista). ¡Ah!, también tengo la opción de estudiar en Villarrica, no me piden tanto puntaje, pero los ramos y la forma la cual están distribuidos no son de mi total agrado, menos el hecho de que sea la Pontificia Universidad Católica. Universidad de Concepción ... Tampoco me piden tanto puntaje, pero realmente no me sería cómoda, no es la institución que fue en su tiempo.

¡Rayos!, es quince, muero de calor y mi única compañía es éste ventilador (que tiene más de diez años) que seca mi sudor y lágrimas y mi fiel paquete de cigarrillos. He gritado un montón, pero la única solución ahora será dormir, o leer a mi escritora favorita; Virginia Woolf para acompañarla en su dolor, aunque puede que con ésta calor asquerosa y mi pena termine igual que ella; Muerta en un río. ¡Pero tampoco tengo río acá!, que fastidio, hasta para suicidarme de forma elegante hay problemas.

Necesito arriba de 670 en puntaje para estudiar Historia y Ciencias Sociales en la Universidad de Santiago de Chile (no tengo otra opción, más bien, no quiero otra opción institucional, es esa o ninguna) y he sacado muy por debajo de eso, he pasado casi todo el día revisando el puntaje, calculando, quizás se equivocaron (con lo mediocre que es la burocracia, no me sorprendería, por eso he revisado más de diez veces), puede que me de aproximado 670... Pero no, y eso me ha hundido más, una y otra vez, en cada segundo que pasa, todos son un letargo, llenos de lágrimas... "¡Yo realmente quería estudiar, realmente quería estudiar ahí, MALDITA prueba!", no paro de gritar esa consigna mientras la computadora reproduce el soundtrack de The Hours a cada momento, no paro de lamentarme, y lo peor es que sé que con eso no lograré nada.

Es quince de diciembre y no sé qué hacer, de seguro, me devolveré a mi pueblo y "disfrutaré" el verano, me bañaré en el imponente y seco Bio-Bio, veré los trenes pasar por fuera de mi casa y los fotografiaré, recorreré nuevamente el ramal a pie o en ferrocarril. Llevaré muchos libros y disfrutaré cada tarde cuando la fresca golpee mis ojos y estremezca mis brazos, erizados por el frío. Hablaré con mis abuelos acerca de las nubes y de todo tipo de cosas, discutiré con mi abuelo sobre su postura totalitaria y extrema-derechista (cosa que amo), al mismo tiempo que me sirvo una caña de tinto y brindo con él llamándolo Compañero (como en las guardias del saqueo). Eso haré, el mismo dieciséis, porque éste quince de diciembre sólo no quiero pensar, sólo quiero dejar de lamentarme y de sentir vergüeza.

12.11.10

08. Arabia

¿Acaso no es otra historia acerca de un chico solo, en una noche solitaria y sin nada que hacer ni sentir, ni hablar, ni escribir?.

Sin duda alguna el leer es el único remedio contra todo mal social y comunitario, ¡claro!, qué más interesante que leer las penas, las alegrías, los viajes, el odio, de alguien más para sentirse fuera de lugar y a su vez irse gratis. ¡Wow!, innovador.-

7.11.10

07. Jazz Intravenoso

Esta tarde vi llover mientras los pájaros, trovadores del sol, silenciaban a las nubes tristes derretirse ante el día gris que coloreaba sus pupilas apagadas. Mientras el viento jugueteaba en mi bigote dando paso a mis labios a curvar su singular forma lineal, interesante acción para tantos segundos llenos de vida y agua en un contexto descolorido.

El domingo, recuerdo, se fue sin decir adiós, las luces comenzaban a encenderse casi al mismo tiempo de la noche, pero éstas fueron más ágiles. El aire se tornaba aún más frío y el clima mucho más estrafalario. El paquete de cigarrillos desaparecía poco a poco, uno tras otro, y las ganas de vomitar en el silencio eran ensordecedoras, agobiantes, realmente quería trizar las pestañas del reloj por haber avanzado su mirada tan fugazmente, tanto así que el cielo abrió paso al bodrio de las estrellas sin sentir que el día había terminado. Ya era medianoche, no había nada más que hacer, nada más que sentir, nada más que pensar, sólo volar dentro de un gran pequeño espacio, inconsciente, aburrido.

Esta tarde vi llover, y realmente no sé si lo volveré a percibir, los días son crueles y el verano nos mira con odio, se hace presente desde ya esperando su turno para abrumar a los habitantes del pueblo Tierra. No lo quiero. La lluvia se está transformando en un suceso onírico y malvisto, como toda minoría social que sólo sabe que existe por el miedo a las sombras de la mayoría, abortando el silencio, destruyendo miradas.

¿Cuándo volverá a llover como ésta tarde?. Las personas disfrutan del silencio, el hogar es más reconfortante, cálido,y cómodo. Las calles avanzan con el agua y la anarquía es la felicidad de una tranquilidad latente en los segundos taxativos. Tacones y bototos, zapatos y chapulinas, danzantes en un pueblo sin gente, maravillados ante el anhelo de no empaparse de nubes derretidas.
El tiempo se agota y ya no vendrán tardes surrealistas, quizás en varios meses más.

Esta tarde vi llover,
vi gente correr, y ...

1.11.10

06. Tú

Siempre los años, cuando la vida avanza y el silencio se impregna en tus recuerdos, pero da a tu presente un baúl de sonrisas que se reflejan en tu mirada, aquella mirada cansada, a veces lejana de esencia dulce que me desnuda en detalles y me abraza en el olvido de mis horas abandonadas.
Descubrí aquella existencia cuando el sol golpeaba fuertemente las aguas del Bio-Bio y la brisa azotaba con dureza mi ventana fuera del ferrocarril que me llevó a tus pasos.
Los segundos se hacían notar en mi reloj por ese ruido molesto del tiempo pasar casi en vano, pero eso no me detuvo a alcanzar aquellos labios secos que cada vez que los recuerdo mojan mis ojos de instantes en los que he podido sentirlos, besarlos, y soñarlos. Una compañía que aún entre sombras me permite acariciar ese sabor que reprime el color de aquella soledad a la que solía admirar en silencio, pero que ahora es una carente metáfora dentro de mis libros y escritos.
Agradezco tus manos, esas manos marchitas que tienden a relajarme cuando sutilmente rozan mis cabellos o mi delgado rostro, incluso cuando juegas con mi cuerpo, es esa naturaleza onírica que crea materia en espacios vacíos, rastros de felicidad en el lodo o fotografías que escriben nuestra historia.
Te siento en una frase de dos palabras, pero aquella es tan popularmente fea y comercial que no me identifica, hace mucho que no logro definirla y hace mucho que me es irrelevante. Eres más que eso, eres más que un conjunto de letras, eres más que el cielo que tanto amo y que la lluvia que tan feliz me hace. Lo eres todo, más que las nubes.
Eres tú.


Atte, cosa.-