
Frecuentemente se utiliza todo tipo de lenguajes para abordar un tedioso entorno social y/o comunitario, inclusive en un espacio personal y solitario. Las letras no tienen sentido si no se les adjunta más letras, el compuesto final no tiene sentido sin una frecuencia, sin una intención, sin un pensar.
Cuando los días pasan y te das cuenta lo sobrecogedora que suele ser la soledad (sin un afán depresivo), el silencio y el humo del cigarrillo creando una atmósfera sutil y deliciosa, las horas suelen ser grises, sin arrugas de por medio, más aún cuando tienes la mala costumbre de viajar al centro y después de unos días de estar lejos de tu espacio, de tu "cueva", llegas. El llegar a tu habitación, ver el colchón vestido, durmiendo en el piso flotante lleno de basura, ropa, de mirar todo la pila de libros, cajetillas, revistas, diarios, en tu escritorio, de tu cenicero rebalsado del vicio maravilloso, sueles pensar y sentir que no debes salir de ahí nunca, que tu santuario frío (o tibio) te espera más que cualquier otra cosa en el mundo, con ansias de que llegues y tires tu morral a donde caiga, de que el humo se impregne más aún en las grisáceas paredes de ladrillo, de que digas con orgullo "¡estoy en casa!" para después recostarte y coger uno de los libros que descansan en tu escritorio para olvidarte de que vives, para por fin respirar y sentirte maravilloso frente al mundo, con un afán egocentrista; "eres lo mejor en tu mundo", "eres el único". Ahí, cuando recién te impregnas en ese espacio es donde las letras tienen sentido y comienzas a añorar dormir, olvidar de soñar y pensar, ya no existe nada de eso, sólo palabras divagando en tu subconsciente, palabras que fueron disparadas por alguien trascendente, o leídas por el mismo tipo de persona, ahí es cuando te preguntas si sentir tiene sentido.
Existen muchísimas palabras que pueden usarse en su debido momento, otras que sólo las dices por decir, y otras que se utilizan (inconscientemente, quizá) para herir. Para mirar la gran torre que haz construido de autoestima, de ego, derrumbarse poco a poco, partícula por partícula, ahí es cuando ves a la persona que realizó esa demolición y te das cuenta de quién, y por que lo es.
Desvarías en los átomos del silencio acariciando tu pecho para deshilar el nudo que tienes en tu garganta que no te permite mirar nada, imaginando que eres nadie.
Si bien, pueden existir frases de preocupación que tienden a malinterpretarse, pero existen algunos sufijos (puede que) mal colocados dentro de una oración, pero cuando un mínimo de entendimiento y coherencia habita en tu mente, la mal-interpretación es casi imposible.
El humo del cigarrillo poco a poco se lleva las palabras, se impregnan con el viento.
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