9.2.11

24. (No)Adiós

(Santiago me espera)
Déjenme contemplar la última gota de silencio sobre esta noche estrellada, 
déjenme escuchar a los perros desquebrajando la soledad del oscuro manto estrellado, trizando cada partícula de cielo que humedece mi mirada.


Déjenme sentir la fresca nocturna que eriza mi cuerpo y destella el cigarrillo que inconciente mi boca aspira sin piedad.
Ya las horas se convierten en minutos y los segundos suman lágrimas lejanas, mis campos comienzan a quedar atrás como también el cielo se tiñe de grís y la ausencia de libertad comienza a golpear mi cara con fuerza.
Ya mis ojos se han ahogado lo suficiente y las penas pesan en el corazón.
El tren ya se asoma a en estación y sólo agradezco cada momento en mi maravilloso y verde pueblo, en mi escondido y desconocido pueblo. Agradezco a mi gente, agradezco a mi río, agradezco a mis nubes y agradezco a mi viento, los pensaré entre cada sueño porque las sonrisas no son instantes, son maravillosas marcas de guerra.


El tren desaparece conmigo a bordo y la semáfora que indica la entrada a mi pueblo se hace distante ... Las zarzas cubren por completo el camino y los álamos se mezclan entre pinos. El río Bio-Bio forja mi compañía y las lágrimas comienzan otra vez.
 Santiago me espera, vestido de grís y llorando desnudo, Concepción me dice adiós con su cara fría y azul, Concepción me extrañará y yo a él.
Éste no es un Adiós, es un Hasta Pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario