Pasé los mejores dos años de mi vida, aprendí el arte de los detalles, incluí en mi vocabulario palabras que jamás había usado tan seriamente y fielmente construí un "David" más "maduro". Me acuerdo que una vez me dijiste: "Es irónico como siempre tenemos consejos para el resto, pero nunca para uno mismo. Yo creo por eso la gente por sí sola no puede sobrevivir, necesita la compañía aunque sea de un enemigo". Aquellas palabras jamás dejaron mi cabeza, y creo que actualmente me son tan útiles como los recuerdos que juntos aprendimos a construir.
Jamás peleamos fuerte, jamás fuimos infieles a nosotros mismos, a nuestros sentimientos o a nuestra persona. Siempre fuimos uno solo y es algo que disfruté hasta el último día. Siempre te odié de la misma forma de la que te amé en demasía, fuiste el único que me descubrió al cien por ciento tal cual soy, el único que sacó lo mejor y lo peor de mi y creo yo haber hecho lo mismo. Fuimos los únicos seres transparentes que reían y lloraban como personas, como seres humanos que se han conocido desde toda la vida.
Hace días nos despedimos entre llantos mutuos, me dolió verte llorar, me dolió verte sentir culpa por algo que jamás hiciste mal, siempre fuiste bueno y jamás te he guardado rencor por nada, todo lo contrario, siempre he valorado tu forma de ser, inclusive cuando eras frío porque me dabas más espacio para demostrarte cuánto te amaba y cuán cerca estaba de ti.
(Como diría Edith Piaf: "no me arrepiento de nada. ni el bien que me han hecho, ni el mal, todo eso me da igual". Es tan cierto entre cada letra el sentimiento.)
No te arrepientas por llorar que todo es un proceso, no te sientas solo porque no lo estarás jamás. Acordamos no abandonarnos pese a que en estos momentos me es casi imposible pensar en ti. Siempre fuiste un buen chico que nunca hizo nada malo. Siempre fui un buen chico que contigo estuvo en las buenas y en las malas. Sufrimos hambre y sufrimos frío, pasamos incomodidades tremendas en las que el silencio nos hizo crecer dentro de las situaciones horrendas que pasamos. Siempre estuvimos juntos, siempre tuviste un hombro en el cual llorar o un hombre con el cual desahogarte. Lo mismo yo, el estress en mis estudios era compensado cuando veía tus ojos o sentía tu cálido abrazo, aunque fuese una palabra despectiva, ahí estabas.
No quiero seguir llorando porque no te he perdido, pero me es inevitable el anhelar tu esencia en mi cuerpo, tus besos entre mis labios y tus dedos secando mis lágrimas diciéndome que todo está bien, que las hojas de otoño caerán como siempre y las recogeremos y obsequiaremos. Me cuesta seguir hablándote pese a que amo hacerlo, no quiero dejarte solo ni que te sientas solo, lo mismo yo, no deseo que aquella mano cálida que me hizo crecer en sobremanera me suelte para caminar por mí mismo.
No dejaré de amarte, nunca negaré que fuiste, eres y serás el amor de mi vida, que serás el único hombre al que amé tanto como para escribir palabras tan llenas de dolor. Pero, pese a todo, te agradezco todo; Gracias por hacerme crecer, gracias por ayudarme a que me diera cuenta para donde iba mi vida, el enfoque de mi carrera, el amor a mi familia, el amor a mí mismo y mi autoestima. Te agradezco cada momento y cada hoja seca entre tus manos. Cada fotografía y cada paso que juntos dimos.
La vida sigue, no me echaré a morir, pero lloraré y disfrutaré mi luto. Quizá suene masoquista pero no es lo que parece. Sólo quiero dejar de llorar llorando. Quiero dejar de sufrir sufriendo. Quiero seguir viviendo sintiendo. Hay que disfrutar cada proceso de la vida de principio a fin, la experiencia es hermosa, las lágrimas adormecen mis ojos.
Quiero dejar en claro que no estás solo, que yo estaré siempre que me necesites, sé que puedo contar contigo también; eso me hace sonreír mientras lloro, dejaré de llorar cuando éstas palabras terminen, dejaré de sentirme mal cuando ambos le sigamos sonriendo a la vida como siempre lo hemos hecho.
Éste fue el segundo 27 de febrero más terrible de mi vida, pero como en el anterior salí adelante en éste también saldré sonriente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario