15.12.10

18. Nada en Todo


Sinceramente mi tristeza ha llenado la caña y entre hielos varios generaron un mestizaje con dolor y sudor, un sabor solitario que en mi boca obedece a un frío desolador pero en mi cuerpo parece entibiarse, mi mente se desvanece casi por completo en el alcohol.


Ánimos de subsistir sobre cigarrillos varios y rayos de sol desenfocan mi vista hacia mis textos agrupados en el mayor desorden imaginable; matemáticas cercano a la basura variada, lenguaje encima del bolso de viaje inamovible y expectante, e historia, apilados encima mi cama abiertos y entrecerrados funcionando en éste segundo como mantel para el hielo de mis brebajes.

(No estoy bien) Prefiero alcoholizarme antes de pensar en mirar siquiera un posible futuro que añoré con sonrisas ya desvanecidas, o sentir la frustración y la pena que arrebata mis segundos actuales; -¡quería estudiar!, realmente quería estudiar eso y ahí, me esforcé mucho como nunca habría dicho jamás, dije desolado y entre tiritones. Ahora sólo miro lejos una fe en estatuas iluminadas que acompañaron mi incertidumbre pesimista.
Sólo un par de días intensificarán mis lágrimas ahora innecesarias en respuesta a mi futuro, no sé qué estará escrito ni se escribirá, sólo espero sonreír y secar esta pena que me ahoga entre tragos y carcome poco a poco hasta un punto vacío.

12.12.10

17. Últimos

Reconfortante e inseguro piso nuevamente la ciudad de Santiago, el extraño clima que baña la ciudad me parece monótono y feo, los edificios grises estructurados y hacinados entre árboles y concreto, y destruidos en el contexto de un día grisáceo-claro.
El paisaje se me hacía similar dibujado en la ventana del taxi, las mismas pinturas y los mismos colores pasando fugazmente sin decir 'permiso' o 'adiós'. Mis abuelos iban conmigo en el asiento trasero y los tres observábamos con desagrado. Me estresé buscando soluciones a incógnitas retrógradas, menos mal que ya estaba cerca de mi casa...

...Mis padres me esperaban con muchas ansias y varios abrazos. Los besé cariñoso y me sumí cómodo al ambiente familiar que esperaba mi presencia (el grato aire familiar), como olas sin el habitual viento que las destruye entre frías y oscuras rocas sin piedad alguna, quebrándolas en silencio tallando una bella armonía en el retrato grisáceo. Mi pareja también estaba entre ellos; sonreí con más fuerzas.
La tarde tenía pinta de lluvia pero ésta pasó sin previo aviso, la noche arreciaba entre las colinas y cordilleras, el murmullo del frío se hacía más elocuente y al compás de ello mi cuerpo se cobijaba entre
chombas oscuras y pedía un pequeño abrazo que me hiciera suspirar y no extrañar tanto el lugar de dónde venía.

(...)

No sé cómo ni dónde se fueron aquellos minutos tan bellos, pasaron como brisa de verano por mi cara serena, desperté y me colapsé pensando en mi prueba, no me sentía preparado y realmente
el pesimismo invade mis ganas de sentir fe por mi mismo, no-es-que-no me sienta capaz... No sé la verdad.
La primera prueba tuvo bastantes incidentes indecorosos y casi, pero casi lamentables. Leí lento, muy seguro y atento, respondí acorde a mis conocimientos, respondí dejando de lado las dudas y terminé prudentemente sin destacar.

Ahora otras dos pruebas me esperan en un cajón con llaves, éstas son las que me tienen ahogado en mis conocimientos, quizás sólo me esté ahogando en mis dudas; ¡Siento que no sé nada!.
Como es costumbre de mi mala suerte, tengo muchísimo sueño e intenté dormir para despertar y estudiar hasta la hora que deba partir, ¡pero ni eso puedo hacer!, he cerrado mis ojos y bostezado sin parar pero no me consuela el estar despierto, y ya los bostezos son más recurrentes pero mis ojos no los acompañan.
Vamos, estoy ansioso de terminar ambas pruebas ya, quiero deprimirme con justificación y comerme las uñas que no tengo esperando los resultados que seguramente serán fatales.


Sigo bostezando y aún sin poder compatibilizar con mi almohada...

5.12.10

16. Cristal(es)





He contado los días con total desapego a la realidad, he contado mis días con desesperación y algo de nostalgia. Los besos son cortos como nubes en verano, agua abundante y un pesado bolso con libros varios y textos de estudio. Llevo en mis bolsillos un pedazo de tela con el perfume de tu esencia, quiero que acompañes mis pasos y mi felicidad aunque sea de forma onírica. También mis ligeras ropas que prácticamente no ocupan tanto espacio en la vacía maleta negra que mis manos toman con sutileza y elegancia.
Ha llegado el día tan anhelado desde que llegué acá. Irme. Irme lejos sin decirle adiós a nadie, irme lejos olvidando con (sin) sonrisas éste espacio ocupado en ésta fea habitación incolora. Irme lejos dejando atrás los problemas de árboles que imponentemente desalojan sus responsabilidades en el silencio oblicuo de la posada. Irme por fin de aquí, de éste tan in-anhelado lugar.
Caminaré entre la gente mirándola con desprecios y de forma burlesca, subiré acongojado a mi bus (los odio) sin aire mirando sombras estirando sus manos oscilándolas en el viento despidiendo sus bultos. Sentiré el viento unos segundos para poder pestañar y llegar rápidamente a mi ciudad, evitar el tedioso trayecto.
Me sentiré hermoso, liviano y ligero, no tendré sueños por un rato, ratos malos tampoco, sólo pisaré mi ciudad para luego coger mi verdadero transporte, ese que me hace feliz siempre que lo añoro y lo veo ante mí; mi tren me esperará en la estación y
<<Talcamávida será mi destino>>, diré al conductor que agotado rompe los pasajes y cuenta los pasajeros. El verde paisaje; los altos pinos, las altas nubes y los altos parajes me harán derramar lágrimas de emoción, destruiré mi silencio exclamando suspiros de alivio, suspiros que en una hora y media me dirán que es mi bajada. El naranjo automotor se parará en el andén número uno de la estación y veré caras tan conocidas como cercanas. Mis abuelos estarán esperándome y yo estaré esperándolos a ellos, buscándolos a través de mi ventana y viendo mi casa pasar segundos antes de que el tren se detenga. El aire está fresco, está algo nublado hoy, pero los monótonos colores son los mismos desde que era pequeño, nada a cambiado y todo está en su lugar como siempre debió haber estado.
Mis días se harán tan cortos que no tendré tiempo de extrañar Santiago, y aunque sean extensos tampoco creo que lo extrañaré. Sólo sé que hay personas que me esperan allá y yo a ellos, pero a la ciudad jamás.

Con mi cámara al cuello y mis libros en las manos les digo a todos:
adiós.

1.12.10

14. Dos Elementos


Así fue como la oscilación de tu voz culminó en un frío silencio, un silencio que cubrió todo el letargo del segundo eterno creando una atmósfera vacía en tu boca, sólo tus ojos hablaban, tus ojos clamaban por una caricia que aún no regresaba; el viento se la llevó unos momentos.
Tu moreno rostro estaba paralizado y aburrido, quizás asqueado del humo del cigarrillo que emitía mi boca tal como chimenea de fábrica, pero esperabas el momento exacto, aquel momento en el que fuego herviría el agua, y no que el fuego apagase el agua. El humo seguía subiendo, se esparcía por el cuadrado rosado en el que estábamos situados, encerrados y se impregnaba en las paredes como tu perfume en ese cuello que beso cada mañana lentamente (hasta mis dedos se perfuman con aquella esencia materializada en tu cuerpo). Ese cuello que excita mis nervios, que me embriaga y me transforma en el perfecto asesino de tu humilde calor.


El instante llegó y la hora tardó, nuestros fríos cuerpos comenzaron a desnudarse para ocupar ese cómodo espacio en nuestra cama ahora tibia. La pared dio lugar en mi rostro y sentí tu espalda moverse al compás de la mía. Las luces se apagaron y entre bostezos besamos nuestros labios, despidiéndonos por última vez en un extenso letargo hasta el olvido del sueño. Te busqué entre mis sueños, recuerdos se plasmaron entre ellos y realmente no recuerdo nada más que rostros vacíos y aburridos.

El sol aún no salía y no saldrá hasta varias horas más, nosotros no lo veremos, sólo lo odiaremos.


22.11.10

13. Vómito

(Pasos rotos; Soliloquio solo)
Silencios torturados en silencio y miradas tránfugas que deleitan el aroma del humo ahogarse dentro del unísono pasar de las nubes cubriendo el sol. Sólo eso avanza en el tiempo.

¿Haz escuchado tu voz dentro del vacío?

El reloj se va transformando, casi irreconocible, casi abrumador, casi monótono. Mi cuerpo también tiende a transformarse, aún no es perfecto, pero mi mirada clama por alguna partícula de tu esencia, alguna que te sobre para alimentarme (anorexia). Es tan difícil alcanzar el cielo.

¿Suficiente contra-adicción?


Cerrar los ojos no es suficiente, menos irse hilando oraciones, interpretando. Las horas avanzan de forma espeluznante, el pueblo cada segundo más despoblado. Lágrimas misántropas, sin expresión ni color, como nube de invierno (mala comparación, esas nubes son maravillosas).

Los últimos pasos en esta ciudad, tengo tan poco que hacer acá.

18.11.10

11. Sentido sin sentir


Frecuentemente se utiliza todo tipo de lenguajes para abordar un tedioso entorno social y/o comunitario, inclusive en un espacio personal y solitario. Las letras no tienen sentido si no se les adjunta más letras, el compuesto final no tiene sentido sin una frecuencia, sin una intención, sin un pensar.
Cuando los días pasan y te das cuenta lo sobrecogedora que suele ser la soledad (sin un afán depresivo), el silencio y el humo del cigarrillo creando una atmósfera sutil y deliciosa, las horas suelen ser grises, sin arrugas de por medio, más aún cuando tienes la mala costumbre de viajar al centro y después de unos días de estar lejos de tu espacio, de tu "cueva", llegas. El llegar a tu habitación, ver el colchón vestido, durmiendo en el piso flotante lleno de basura, ropa, de mirar todo la pila de libros, cajetillas, revistas, diarios, en tu escritorio, de tu cenicero rebalsado del vicio maravilloso, sueles pensar y sentir que no debes salir de ahí nunca, que tu santuario frío (o tibio) te espera más que cualquier otra cosa en el mundo, con ansias de que llegues y tires tu morral a donde caiga, de que el humo se impregne más aún en las grisáceas paredes de ladrillo, de que digas con orgullo "¡estoy en casa!" para después recostarte y coger uno de los libros que descansan en tu escritorio para olvidarte de que vives, para por fin respirar y sentirte maravilloso frente al mundo, con un afán egocentrista; "eres lo mejor en tu mundo", "eres el único". Ahí, cuando recién te impregnas en ese espacio es donde las letras tienen sentido y comienzas a añorar dormir, olvidar de soñar y pensar, ya no existe nada de eso, sólo palabras divagando en tu subconsciente, palabras que fueron disparadas por alguien trascendente, o leídas por el mismo tipo de persona, ahí es cuando te preguntas si sentir tiene sentido.

Existen muchísimas palabras que pueden usarse en su debido momento, otras que sólo las dices por decir, y otras que se utilizan (inconscientemente, quizá) para herir. Para mirar la gran torre que haz construido de autoestima, de ego, derrumbarse poco a poco, partícula por partícula, ahí es cuando ves a la persona que realizó esa demolición y te das cuenta de quién, y por que lo es.
Desvarías en los átomos del silencio acariciando tu pecho para deshilar el nudo que tienes en tu garganta que no te permite mirar nada, imaginando que eres nadie.
Si bien, pueden existir frases de preocupación que tienden a malinterpretarse, pero existen algunos sufijos (puede que) mal colocados dentro de una oración, pero cuando un mínimo de entendimiento y coherencia habita en tu mente, la mal-interpretación es casi imposible.

El humo del cigarrillo poco a poco se lleva las palabras, se impregnan con el viento.

15.11.10

10.

ENTRADA BORRADA

09. ¿Es tiempo?

Ya, supongamos que es quince de diciembre, el sol sofoca nuestros cuerpos perleando nuestras cabezas de un sudor asqueroso e irritante. Claro, estoy en Santiago. En fin, volviendo al centro; estamos a quince; Hace dos días he dado mi Prueba de Selección Universitaria ... ¿Y?, no hay nada más inútil -quizá- que esta prueba, ¿qué sentido tiene leer, escribir y ejercitar un área que realmente no me interesa? (refiriéndome con odio, exclusivamente a matemáticas), no tiene sentido, yo entraré en cierto rubro en el cual la matemática se calcula a través de una calculadora, la cuál no me hace buscar como idiota una equis inexistente, o encontrar la medida compleja a una figura que realmente ... ¿Para qué me sirve eso?.
He dado mi prueba, me siento pesimista, sé que me fue mal y que no entraré a estudiar lo que quiero. Es quince de diciembre y con lágrimas en mis ojos, rabia contra la mosca que merodea el entorno, pienso qué hacer con mi vida ahora que me fue mal. La prostitución es una opción bastante loable, digna y por sobretodo muy bien pagada. El narcotráfico también lo es, incluso me permitirá conocer mi Chile querido ... Pero no, hoy quince no quiero nada, sólo me acostaré a dormir por varios días y sentirme como imbécil por no haber estudiado tanto como debí. Quizás pude quemar más mis encurvadas pestañas y enrojecer más mis ojos. Pude también crear más ojeras en donde el espacio oscuro está reservando su lugar dentro de unos años más. Quizás debí leer menos libros y enfocarme al cien por ciento en los estudios banales y tediosos. Pude hacer tantas cosas, pero ya es quince y realmente no sé qué hacer.
No perderé otro año, pero tampoco entraré a una universidad privada (estoy en contra de ellas y no confío en su enseñanza dentro del área humanista). ¡Ah!, también tengo la opción de estudiar en Villarrica, no me piden tanto puntaje, pero los ramos y la forma la cual están distribuidos no son de mi total agrado, menos el hecho de que sea la Pontificia Universidad Católica. Universidad de Concepción ... Tampoco me piden tanto puntaje, pero realmente no me sería cómoda, no es la institución que fue en su tiempo.

¡Rayos!, es quince, muero de calor y mi única compañía es éste ventilador (que tiene más de diez años) que seca mi sudor y lágrimas y mi fiel paquete de cigarrillos. He gritado un montón, pero la única solución ahora será dormir, o leer a mi escritora favorita; Virginia Woolf para acompañarla en su dolor, aunque puede que con ésta calor asquerosa y mi pena termine igual que ella; Muerta en un río. ¡Pero tampoco tengo río acá!, que fastidio, hasta para suicidarme de forma elegante hay problemas.

Necesito arriba de 670 en puntaje para estudiar Historia y Ciencias Sociales en la Universidad de Santiago de Chile (no tengo otra opción, más bien, no quiero otra opción institucional, es esa o ninguna) y he sacado muy por debajo de eso, he pasado casi todo el día revisando el puntaje, calculando, quizás se equivocaron (con lo mediocre que es la burocracia, no me sorprendería, por eso he revisado más de diez veces), puede que me de aproximado 670... Pero no, y eso me ha hundido más, una y otra vez, en cada segundo que pasa, todos son un letargo, llenos de lágrimas... "¡Yo realmente quería estudiar, realmente quería estudiar ahí, MALDITA prueba!", no paro de gritar esa consigna mientras la computadora reproduce el soundtrack de The Hours a cada momento, no paro de lamentarme, y lo peor es que sé que con eso no lograré nada.

Es quince de diciembre y no sé qué hacer, de seguro, me devolveré a mi pueblo y "disfrutaré" el verano, me bañaré en el imponente y seco Bio-Bio, veré los trenes pasar por fuera de mi casa y los fotografiaré, recorreré nuevamente el ramal a pie o en ferrocarril. Llevaré muchos libros y disfrutaré cada tarde cuando la fresca golpee mis ojos y estremezca mis brazos, erizados por el frío. Hablaré con mis abuelos acerca de las nubes y de todo tipo de cosas, discutiré con mi abuelo sobre su postura totalitaria y extrema-derechista (cosa que amo), al mismo tiempo que me sirvo una caña de tinto y brindo con él llamándolo Compañero (como en las guardias del saqueo). Eso haré, el mismo dieciséis, porque éste quince de diciembre sólo no quiero pensar, sólo quiero dejar de lamentarme y de sentir vergüeza.

12.11.10

08. Arabia

¿Acaso no es otra historia acerca de un chico solo, en una noche solitaria y sin nada que hacer ni sentir, ni hablar, ni escribir?.

Sin duda alguna el leer es el único remedio contra todo mal social y comunitario, ¡claro!, qué más interesante que leer las penas, las alegrías, los viajes, el odio, de alguien más para sentirse fuera de lugar y a su vez irse gratis. ¡Wow!, innovador.-

7.11.10

07. Jazz Intravenoso

Esta tarde vi llover mientras los pájaros, trovadores del sol, silenciaban a las nubes tristes derretirse ante el día gris que coloreaba sus pupilas apagadas. Mientras el viento jugueteaba en mi bigote dando paso a mis labios a curvar su singular forma lineal, interesante acción para tantos segundos llenos de vida y agua en un contexto descolorido.

El domingo, recuerdo, se fue sin decir adiós, las luces comenzaban a encenderse casi al mismo tiempo de la noche, pero éstas fueron más ágiles. El aire se tornaba aún más frío y el clima mucho más estrafalario. El paquete de cigarrillos desaparecía poco a poco, uno tras otro, y las ganas de vomitar en el silencio eran ensordecedoras, agobiantes, realmente quería trizar las pestañas del reloj por haber avanzado su mirada tan fugazmente, tanto así que el cielo abrió paso al bodrio de las estrellas sin sentir que el día había terminado. Ya era medianoche, no había nada más que hacer, nada más que sentir, nada más que pensar, sólo volar dentro de un gran pequeño espacio, inconsciente, aburrido.

Esta tarde vi llover, y realmente no sé si lo volveré a percibir, los días son crueles y el verano nos mira con odio, se hace presente desde ya esperando su turno para abrumar a los habitantes del pueblo Tierra. No lo quiero. La lluvia se está transformando en un suceso onírico y malvisto, como toda minoría social que sólo sabe que existe por el miedo a las sombras de la mayoría, abortando el silencio, destruyendo miradas.

¿Cuándo volverá a llover como ésta tarde?. Las personas disfrutan del silencio, el hogar es más reconfortante, cálido,y cómodo. Las calles avanzan con el agua y la anarquía es la felicidad de una tranquilidad latente en los segundos taxativos. Tacones y bototos, zapatos y chapulinas, danzantes en un pueblo sin gente, maravillados ante el anhelo de no empaparse de nubes derretidas.
El tiempo se agota y ya no vendrán tardes surrealistas, quizás en varios meses más.

Esta tarde vi llover,
vi gente correr, y ...

1.11.10

06. Tú

Siempre los años, cuando la vida avanza y el silencio se impregna en tus recuerdos, pero da a tu presente un baúl de sonrisas que se reflejan en tu mirada, aquella mirada cansada, a veces lejana de esencia dulce que me desnuda en detalles y me abraza en el olvido de mis horas abandonadas.
Descubrí aquella existencia cuando el sol golpeaba fuertemente las aguas del Bio-Bio y la brisa azotaba con dureza mi ventana fuera del ferrocarril que me llevó a tus pasos.
Los segundos se hacían notar en mi reloj por ese ruido molesto del tiempo pasar casi en vano, pero eso no me detuvo a alcanzar aquellos labios secos que cada vez que los recuerdo mojan mis ojos de instantes en los que he podido sentirlos, besarlos, y soñarlos. Una compañía que aún entre sombras me permite acariciar ese sabor que reprime el color de aquella soledad a la que solía admirar en silencio, pero que ahora es una carente metáfora dentro de mis libros y escritos.
Agradezco tus manos, esas manos marchitas que tienden a relajarme cuando sutilmente rozan mis cabellos o mi delgado rostro, incluso cuando juegas con mi cuerpo, es esa naturaleza onírica que crea materia en espacios vacíos, rastros de felicidad en el lodo o fotografías que escriben nuestra historia.
Te siento en una frase de dos palabras, pero aquella es tan popularmente fea y comercial que no me identifica, hace mucho que no logro definirla y hace mucho que me es irrelevante. Eres más que eso, eres más que un conjunto de letras, eres más que el cielo que tanto amo y que la lluvia que tan feliz me hace. Lo eres todo, más que las nubes.
Eres tú.


Atte, cosa.-

26.10.10

05. Turno Nocturno

Así está bien, el frío es grato, el sol luce su vestido de noche para su elegante y sutil baile. Pero ésta vez lo hará sin estrellas ya que sólo hay nubes que se anteponen ante las ruidosas estrellas blancas.

(Enciendo fielmente un cigarrillo)

Espero a la lluvia. La muerte de las pequeñas gotas transparentes en el concreto me tranquiliza. Una efímera sensación de placer, de paisajes que se tiñen de hermosura cuando el silencio en el agua de nube colorea la gris y asqueante ciudad de Santiago.
Me halaga compartir estos momentos con mi soledad, ya todos duermen y los únicos ruidos que escucho es el de las hojas de mi libro y el aspirar del humo del cigarrillo.

El segundero no avanza y el instante exacto en el que se detiene el tiempo es realmente perfecto y el pensar se contrasta con el humo y con las letras que resuenan plasmadas en mis ojos y mi cabeza.

Sin mucho que (d)escribir hoy,
Cosa.




24.10.10

04. No Todo



A veces es un tanto tedioso esconder las sonrisas dentro de tristes letras que relatan cuán nublado está el minuto.
La agonía de sentir que alguien realmente remueva el polvo y las telarañas del olvido con sólo mirarte fijamente es escalofriantemente bello, como cuando las lágrimas se transforman en una y se desarman para disfrutar el afásico instante en el que el pasto suele ser más verde y el cielo menos grisáceo.

Es increíble cuanto odio y cuanto amor ha soportado mi inerte cuerpo de felpa, pero es maravilloso, único, quizás hasta indispensable e indescriptible, como el silencio en un beso de colores o el aroma del cielo invernal.
Las partículas de nuestros perfumes juegan a ser libres en mi habitación, los instantes son oníricos, y ya nada tiene sentido en el mundo real; morir en vida, ser comida de los segundos para seguir siendo uno dentro de nuestro sueño-verdadero.

Lamentablemente los momentos se esfuman con rapidez, así como un cigarrillo en ayuno, y la callada atmósfera gris resurge para sólo acompañar mis abandonadas manos. Para desenfocar mis lentos y torpes pasos en el atardecer y cristalizar mis acalladas pupilas; olvidar la esencia de tus ojos.

Listo, se terminaron los latentes días de utopía. Es hora de continuar en el espacio-tiempo establecido en la realidad, el pasto dejará de ser tan verde y el cielo será aún más gris, o quizás café. Ojos silenciosos, otra vez.

"Pero hace tanta soledad que las palabras se suicidan".


Atte, Cosa.

21.10.10

03. Colores Primarios



1. Por mi ventana, el color llega como una tonalidad marchita en verano, sin contar el sofocante calor que suprime el sentido común del desteñido viento de octubre.
2. Consuelo el desolado loto de mi pupila entreabierta esperando el desenfocado latir de las horas, la antítesis del ruido, la desolación del sueño.
3. La oscuridad de mi habitación me adormece, pero el amor a la auto-mutilación me parece tan placentero que un cigarrillo acompañará el silencio, mientras aún lucho por armonizar el estado de sopor que advierte las ganas de ceder mi cuerpo a la comodidad de alguna posición para por lo menos leer unos momentos, será gratificante.
4. Flácida y completamente lúcido comienzo a llenar los vacíos en los segundos que pasan triviales frente a las sutiles letras, estáticas, llenas de ... ¿De qué era?.
Un ruido poco usual ha interrumpido el regocijo del pasar de mis ojos por las palabras. Eran algo así como risas, estaban en el exterior, eran algo extrañas porque la teatralidad de ellas se daba a conocer. Pensé que estaba solo y no, aún no consigo estarlo completamente.
5. Aniquilando cada cigarrillo de su caja suelo contar las horas, el amanecer aún permanece bastante lejano, quizás en qué lugar estará iluminando las olvidadas aguas de la felicidad. Necesito que deslumbre mi soledad, las estrellas suelen burlarse y tampoco me caen bien. Quiero eliminar la distancia entre los segundos para esperarte en el umbral de la puerta y decirte cuánto te he extrañado, describir tu perfume y amar tu esencia.
6. Las palabras se agotan como la nicotina en mis dedos, es tiempo de volver al punto inicial y dibujar el sopor en mis pupilas desgastadas.



Atte, Cosa.

19.10.10

02. Té

No he podido conciliar el breve sueño que inundaba mis ojos, mi mirada triste y desalentadora maquillaba aún más cualquier tipo de expresión que divagara en el segundo perdido.

¿Qué importa?.
Es una bonita mañana, hace bastante frío y el entorno colorea su atmósfera grisácea, sintiendo aún más ganas de prender un cigarrillo para contemplar este maravilloso instante, que ya por estas fechas son algo oníricos.

Mi tazón de té calentaba mis manos; té con limón, mi favorito. Mientras que el humo se encerraba sutilmente en mi pequeña habitación, dándole tetricidad a las prendas tiradas por el piso, o a mi escritorio desbordante de libros, monedas, colillas, ceniceros y pastillas.
Me sentía solo. Opté por coger fielmente mi libro para sobrecoger el ruido de compañía ficticia y
solitaria.

Pasaron unas cuantas horas y otros minutos sobrantes antes de que dejara mi libro a un lado y comenzara a pensar en el mismo, mientras me preparaba otro té.
Volví a la lectura, impaciente, tranquilo, hilando palabras vacías y a su vez creando la siniestra historia dentro del silencio de mi fría habitación y en el interior de mi gélido designio.

Las libres aves cantan en el cielo, moviendo desazonadamente sus alas para no caer en al vacío ciego de éste mundo. Realidad somnífera e inquieta. Apabullante y asquerosa. Me agrada escucharlas atento para intentar comprender su efímera y utópica libertad; Más libertad menos vida, menos vida más libertad. Nunca se está conforme de las letras hasta que terminas una bonita frase y exiges cambios, o nunca se está satisfecho de las nubes cuando está completamente nublado.
Pero bueno, hoy no tengo muchas ganas de escribir. Mi algodonado cuerpo quiere recostarse para continuar la lectura que dejé en pausa. Me fumaré otro cigarrillo y optaré por otro tazón de té con limón.

Atte, Cosa.


18.10.10

01. Futuros Inciertos



Ahogado; sumergido en un mundo virtual donde el individualismo crea paredes sordas ante medios de expresión incoherentes y algo triviales. Me inmiscuyo cautelosamente a redactar las horas, los segundos y cada instante que mi cámara no puede atrapar entre partículas de silencios.

Soy sólo un muñeco (no relleno de algodón, precisamente), fui creado con todo el amor de un personaje trascendente en éste frío escenario sin luces cálidas. Creo no tener nombre, pero con el tiempo adoptaré alguno significativo, ya que es simplemente una alegoría sin sentido por ahora.
No tengo una edad relevante, pero a pesar de ello guardo bastantes experiencias que no suelo gritar muy a menudo, quedan bastante ocultas entre tanta verborrea barata y sutil a la que frecuentemente suelo acudir cuando quiero ahogar mis gritos dentro del cálido silencio.

Me gusta muchísimo la fotografía, no sé en qué orden podría jerarquizar ese medio de expresión con éste, el que estoy ocupando cabalmente. Pero trato de mezclar ambos, creando una movilidad (im)perfecta en cada espacio irremisiblemente mío.

No sé qué hacer con mi vida, realmente, suelo ser alguien feliz que ahoga sus miradas entre humos de cigarrillos, o textos de variadas índoles, o también compartiendo instantes con sombras que merodean mi presente. Me apasiona la actuación, el teatro en sí. Hace un tiempo comencé tímidamente a caminar en ese mundo, actualmente sigo en proceso, pero aún cohibido frente al conocimiento que absorbo, no sé cómo aplicarlo y si realmente quiero continuar creando más personas en mí para cautivar (¿?) al público.
Acoto, también, mi pasión por la historia. Creo que realmente quiero vivir de ella como ella vilmente escribe de mí cada día y cada macro-suceso. La política también es una de mis bien-fuertes áreas. Pero como escribí; Mi pasión por la historia.

Ésta es mi breve presentación, no espero público sino gente interesada por saber de mi superflua existencia en este espacio pragmático que minusvalora los instantes intrascendentes de cada individuo en este asqueroso mundo virtual.


Por ahora firmaré como "Cosa", ya que aún no he encontrado un nombre más adepto para mí.

Atte, Cosa.